Por: Eduardo Nateras 21/08/2025 08:20:00

Un pacto no escrito de la política nacional —al menos hasta hace un par de sexenios— era que, una vez que el Presidente de la República dejaba el cargo, pasaba a una especie de retiro de la vida pública por el resto de sus días, a cambio de una especie de amnistía perpetua por cualquier pecadillo cometido durante su gestión.

Esa situación ha sido cada vez menos estricta, derivado de diversos factores. Por un lado, la proliferación de las redes sociales ha permitido que la privacidad a la que puedan aspirar exfuncionarias y exfuncionarios no sea absoluta, pues se encuentran a una fotografía o video de distancia de que cualquier acto suyo, medianamente comprometedor —y también de cualquier integrante de sus círculos más cercanos—, se vuelva vir

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