El problema es que creen ser lo que no son.

Florestán.

Andrés Manuel López Obrador cumplió su palabra de que al terminar su presidencia se iría a su remozada finca La Chingada, allá en el nuevo Palenque.

Y digo nuevo Palenque porque durante su gestión se construyó un aeropuerto, una estación del tren maya, un hospital del Issste, un cuartel de la Guardia Nacional y se hizo una renovación a su finca.

Pero el hecho central es que, en su desaparición de la escena pública, siguen activos sus operadores tanto en el gobierno como en el partido-movimiento que fundó y con algunos de los empresarios a los que pasó de acusarlos de corrupción a enriquecerlos como nunca en sus vidas.

En este escenario, replanteo ¿Qué estará pensando hoy de la desviación de sus proclamas que pasaron de la austerid

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