Los futbolistas chilenos Felipe Loyola y Pablo Galdames, que juegan en Independiente, expresaron su profunda preocupación tras los violentos incidentes ocurridos durante el partido de la Copa Sudamericana contra la Universidad de Chile. El encuentro fue suspendido y está bajo revisión por parte de Conmebol.

Loyola, quien se encontraba en el campo de juego, utilizó sus redes sociales para lamentar la situación. En un emotivo mensaje, escribió: "Qué lamentable situación. Es una pena todo lo que sucedió. No puede tolerarse este nivel de violencia. Me siento destrozado. La seguridad policial no sé dónde estaba". Además, enfatizó que "esto no es el fútbol, el deporte no es violencia".

Por su parte, Galdames también se pronunció sobre los trágicos eventos. Afirmó que "hoy, lo deportivo y el color de las camisetas pasan a segundo plano. Lo más importante es la salud de la gente que está con riesgos vitales". En su mensaje, hizo un llamado a las autoridades para que se responsabilicen por lo sucedido, subrayando que "la violencia no se calma con más violencia".

Los incidentes comenzaron cuando hinchas de la Universidad de Chile arrojaron objetos al público local, lo que provocó una respuesta violenta de algunos seguidores de Independiente. El presidente del club, Néstor Grindetti, declaró que hay un "claro responsable" y que viajarán a Paraguay para reunirse con Conmebol, defendiendo que Independiente no tuvo culpa en los disturbios.

El secretario del club, Daniel Seoane, también se mostró consternado, describiendo la noche como "muy triste" y recordando que nunca había vivido algo similar. Detalló que muchos hinchas de Independiente resultaron heridos debido a los ataques de la hinchada visitante, que incluyeron el lanzamiento de objetos como butacas y otros elementos desde la tribuna alta.

La Conmebol decidió cancelar el partido tras casi una hora de incidentes, dejando la resolución del encuentro en manos de la organización. La situación ha generado un fuerte debate sobre la seguridad en los eventos deportivos y la responsabilidad de los clubes en el control de sus hinchas.