El Puerto de la Cruz aprendió a mirarse en el mar a través de una playa que se pasea, se fotografía (y, ahora de nuevo, se disfruta) todo el año.
Convertida en icono del norte de Tenerife, su presencia permitió nuevos flujos de visitantes y otorgó una nueva identidad visual a la ciudad que nació de la mente del artista César Manrique , que dejó aquí su sello de integración arte-paisaje con un entorno lleno de paseos, miradores, taludes ajardinados, cascadas ornamentales y especies endémicas.
Antes de que existiera, ese tramo de costa era duro, rocoso y muy batido por el oleaje. En 1993 culminó la transformación: había nacido Playa Jardín.
Actuación integral
Playa Jardín se gestó a finales de los años 80 como una actuación integral de costa . Se acordó crear un gran frente m