Tunja, Boyacá. — En el corazón histórico de Tunja, dentro de los muros centenarios del convento de Santa Clara la Real , persiste un misterio que ha acompañado a generaciones de religiosas: la presencia de una hermana fallecida que, según los testimonios, aún recorre los pasillos y se arrodilla en los coros como si la muerte nunca hubiera interrumpido sus oraciones.
Testimonios dentro del claustro
Monjas de clausura, que rara vez hablan con el exterior, han compartido discretamente relatos sobre una figura femenina vestida con hábito antiguo que aparece en los corredores, inclinada en actitud de oración. En varias ocasiones, al acercarse para saludarla, descubren que la silueta desaparece sin dejar rastro.
Una de las hermanas aseguró que en más de una madrugada la ha visto sentada