El Festival de Torroella de Montgrí acogió este miércoles la reunión de dos heterodoxos de aúpa. Por un lado, Francisco Contreras, Niño de Elche para el arte, el autodenominado exflamenco que se ha afianzado como uno de los grandes renovadores del género. Del otro, Abdullah Miniawy, poeta y cantante egipcio que, siendo aún muy joven, tuvo que exiliarse a Francia en 2011 debido a su apoyo a la primavera árabe .
Después de la participación del Niño en un tema del último disco de Miniawy, donde jugaban con la interacción entre lo sufí y lo flamenco, ambos han emprendido este proyecto fraguado a dos voces, que llegaba al Empordà tras un bolo previo en Francia. Y es bonito que fuera tanta la expectativa generada entre los aficionados. Los organizadores del festival se vieron impulsados a con