Tras los incidentes ocurridos en el playón del estadio en el 2023, la dirigencia de Independiente de Avellaneda resolvió impedir el ingreso de las fuerzas de seguridad a la cancha para reprimir disturbios.

El detonante fue el reclamo de los hinchas del “Rojo” luego de la derrota 2-0 con Boca, que terminó con un accionar policial desmedido: gases lacrimógenos y balas de goma contra los simpatizantes. La represión generó un fuerte repudio y profundizó el malestar por la crisis deportiva que atraviesa el club.

En respuesta, el presidente Néstor Grindetti y su comisión directiva decidieron implementar un esquema alternativo, basado en la contratación de seguridad privada. Según lo informado por la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (APreViDe), el operativo contemplaba la par

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