La Casa Blanca de Donald Trump ha dado un nuevo paso en su ofensiva contra las agencias de inteligencia.
El pasado 19 de agosto, Tulsi Gabbard , actual directora nacional de Inteligencia, revocó la acreditación de seguridad de una de las analistas más veteranas y respetadas de la CIA en materia de Rusia , junto con otros 36 funcionarios en activo y retirados.
La medida, presentada como un castigo a quienes “ traicionaron su juramento a la Constitución ”, supone un golpe sin precedentes contra el corazón del aparato de inteligencia estadounidense.
La funcionaria purgada llevaba más de dos décadas en el servicio y dirigió en 2016 la elaboración del informe que documentó la injerencia rusa en las elecciones presidenciales en favor de Trump, como adelantó .
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