Con la frente en alto y la seguridad de haber puesto su grano de arena en la lucha de los pueblos, Vidulfo Rosales Sierra, uno de los defensores de derechos humanos más emblemáticos y perseverantes de México, anunció su renuncia al Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan. Con este movimiento, después de casi once años de acompañamiento día a día, deja también la representación legal directa de los padres y madres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en 2014.

Su partida, comunicada directamente a las familias el pasado sábado, cierra un capítulo fundamental en una de las batallas jurídicas y sociales más simbólicas del México contemporáneo. Sin embargo, lejos de ser un adiós, Rosales lo plantea como un cambio de trinchera. En una entrevista, confirmó que evalúa u

See Full Page