La Marina de Guerra del Perú, a través de la Dirección de Hidrografía y Navegación (DHN), ha confirmado que el terremoto de magnitud 7,6 ocurrido en Chile la noche del 21 de agosto no representa un riesgo de tsunami para el litoral peruano. La institución ha indicado que se mantiene un monitoreo constante del evento y ha recomendado a la población mantenerse informada únicamente a través de canales oficiales.

El sismo se registró a las 22:16 horas en el Paso Drake, al sur de Chile, con un epicentro localizado a 258 kilómetros al noroeste de la Base Aérea Antártica “Presidente Eduardo Frei” y a una profundidad de 20 kilómetros. Este evento ha sido catalogado como uno de los más fuertes en la región en los últimos años, aunque no se han reportado daños significativos.

La DHN emitió un boletín oficial donde se comunicó que "este evento no genera tsunami en el litoral peruano. Se mantendrá en constante vigilancia dicho evento". El Centro Nacional de Alerta de Tsunamis (CNAT) es el encargado de procesar la información sísmica en tiempo real y coordinar la emisión de avisos preventivos en caso de que exista riesgo para la población.

A pesar de que en Perú se ha descartado la posibilidad de un tsunami, en Chile las autoridades han declarado un estado de precaución. El Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA) y el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) han ordenado una evacuación preventiva en la Antártica chilena, que incluye la retirada temporal de personal en playas y zonas costeras de riesgo.

La Marina de Guerra del Perú ha recordado la diferencia entre alerta y alarma de tsunami. Una alerta se emite cuando hay posibilidad de un tsunami, mientras que una alarma se declara cuando se confirma la ocurrencia de un fenómeno peligroso. En este último caso, la población debe evacuar inmediatamente las zonas bajas o cercanas al mar.

El litoral peruano es una de las zonas más sísmicamente activas del mundo, debido al contacto entre la placa de Nazca y la placa Sudamericana. Esto lo convierte en una región vulnerable a terremotos y tsunamis. Eventos pasados, como el terremoto de Pisco en 2007, han resaltado la importancia de mejorar los sistemas de respuesta ante desastres.

Ante situaciones como la ocurrida en Chile, la Marina de Guerra y el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) han instado a la población a mantener la calma y no difundir rumores. También se enfatiza la importancia de conocer las rutas de evacuación y tener un plan familiar de emergencias que incluya un kit de supervivencia con agua, alimentos no perecibles, radio, linterna y medicinas básicas. La preparación y la educación son fundamentales para enfrentar desastres naturales.