INunca supe ser sonámbulo,

ni vi las huellas que dejaba

Solo sé que al sonambular

se flota como balsa entre la niebla.

II

Sonambular descalzo

sobre una cumbre de preguntas.

A mi paso incierto, un aletear acude,

picotea mi oído y quedan en la nuca

las palabras que nunca nos dijimos.

III

Entresoñando

anduve por sitios raros.

En uno, sobre un muro

sincopaba la sombra

de un jazzista que nunca vi.

Él tocaba hacia una casa y no le abrían.

Sonambular quizá sea

llamar a la puerta del extravío.

IV

Los sonámbulos hacen y deshacen caminos.

Uno va, vuelve y se ovilla en su nido.

Supongo que es así.

¿Y si durante el andar

alguien le habla, algo se cae o se tropieza consigo?

¿Se rompe el destino?

El sonámbulo sueña un laberinto

Ricardo Antonio Landa, junio de 2020, agosto de

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