En los últimos meses, distintas tripulaciones pusieron a prueba su resistencia y determinación en travesías oceánicas que parecen imposibles. Desde Perú partieron varias embarcaciones con destino a mares lejanos, desafiando tormentas, equipos defectuosos y una soledad que solo el océano sabe imponer. La magnitud de estos recorridos convierte cada historia en un testimonio de voluntad y capacidad humana.

Cada jornada de remo se traduce en horas interminables, movimientos repetidos y una concentración absoluta. A miles de kilómetros de tierra firme, los tripulantes deben improvisar soluciones, lidiar con averías y enfrentar las fuerzas de la naturaleza sin más compañía que sus propios pensamientos . En este escenario, Perú se convirtió en punto de partida para varias de estas expedicion

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