El menor de los hermanos compareció por videollamada desde la prisión de San Diego, donde cumple una condena revisada de 50 años a cadena perpetua por el asesinato de sus padres. Vestido con el uniforme azul de recluso y ante las preguntas directas del panel, "se mostró emocionado al describir los momentos en los que disparó con una escopeta" , según testigos de la audiencia.
Los detalles clave que marcaron la decisión:
La fiscalía insistió en que Erik sigue representando un "riesgo moderado" para la sociedad.
Revisaron su historial carcelario, que incluye peleas y posesión de artículos prohibidos como teléfonos celulares ocultos en libros religiosos.
Una tía materna, Teresita Menéndez-Baralt, declaró entre lágrimas que lo ha perdonado y pidió su liberación: "Si a Erik se le conce