La madrugada del 2 de septiembre de 2008, en Omaha, Nebraska, una bala perdida destrozó la ventana trasera del coche de Terrece Crawford y le rozó la nuca, pero un fragmento del proyectil se alojó en su cráneo.

Crawford, entonces de 20 años y con su primer hijo nacido pocos meses antes, condujo hasta el hospital donde le salvaron la vida . Regresó al ring un par de meses después.

Según los reportes policiales y de la prensa local, la agresión ocurrió después de una partida de dados en un barrio de Omaha. Un altercado menor derivó en violencia y uno de los presentes accionó un arma de fuego. “Si la bala hubiera entrado unos milímetros más abajo, no estaríamos hablando de boxeo”, recordaría años después el propio Crawford.

El Omaha World-Herald , diario que siguió el caso, reseñó e

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