Por: Manuel Rivera •
“La noche es el juego del misterio, de la duda, del cuestionamiento acerca de si sigue existiendo lo que en el día es…
“Y aquí se te despejó esa inquietud, ¿verdad? Claro, no podían existir esas temperaturas que te castigaban con tanta crueldad cuando el chaquetón –por supuesto no de tu talla- se subía ligeramente y dejaba unos instantes al descubierto tu piel entre éste y tus guantes; debía ser absurdo estar a esa distancia en la que nadie tendría posibilidad de huir si colapsaba el tanque ya severamente ladeado; irreal debería ser observar cómo tu compañero se volvía vapor cada vez que dejabas descansar las paredes del contenedor de combustible y lo bañabas para que resistiera la altísima temperatura, y luego tú también recibieras ese bendito baño que te evaporab