Lo bueno es que la reunión de Washington no terminó en catástrofe y que probablemente haya una reunión entre Volodimir Zelenski y Vladimir Putin, seguida por otra trilateral (con Donald Trump); que los europeos están de vuelta en la mesa de negociaciones y que todos, incluido Trump, manifestaron claramente la voluntad de garantizar la seguridad de Ucrania tras un eventual acuerdo de paz.

Lo malo es que el presidente estadounidense dejó de lado su exigencia de “un cese del fuego inmediato”, que es una solicitud inamovible de Kiev y Europa. En su reemplazo habló de una futura “paz completa”, que permite, mientras tanto, que prosiga la agresión rusa y la masacre de civiles.

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