La industria sabe cómo funciona nuestra mente y lo usa para que elijamos lo que a ellos les conviene, no lo que a nosotros nos conviene comer. Un pequeño empujón -una imagen, un personaje, un incentivo- puede influir de manera decisiva en nuestras elecciones. En negocios multimillonarios como el de la comida chatarra, esos empujones están diseñados para dañar a la niñez. Una alerta temprana
que no fue tomada en cuenta
En octubre de 2008, durante una conferencia en un hotel frente al Zócalo de la Ciudad de México, Alejandro Calvillo, del Poder del Consumidor; Alejandro Sanchez Camacho, Diputado del PRD; la Senadora panista Marta Sosa y yo, como académico y experto en protección al consumidor y ex director de publicidad en Profeco, advertimos que el nuevo Código de Autorregulación en Pub