Las supertasas “son una simple turbulencia. Después de las elecciones, va a haber un desplome de la tasa de interés”, dijo el presidente Javier Milei en su última aparición pública en la Bolsa de Comercio de Rosario. Lo dicho presupone que un buen resultado electoral para el gobierno (un hecho, por cierto, con altas probabilidades de ocurrencia) instaura nuevamente la confianza, por tanto, despejada la incertidumbre sobre el dólar, las tasas bajan sin necesidad de que los pesos vayan a tropel sobre las siempre insuficientes divisas.

Al margen de los deseos oficiales, lo cierto es que siempre que la tasa bajó (como ocurrió en enero de este año) se incrementó la demanda de dólares. Teniendo en cuenta que el tesoro debe enfrentar sustanciales vencimientos de deuda en pesos (caso de LECAP

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