La ilusión de una pareja al establecerse en su primer hogar se vio abruptamente interrumpida por un acontecimiento inquietante. En el marco de una mudanza normal, el entusiasmo inicial pronto se transformaría en una experiencia perturbadora que desafiaría la cordialidad vecinal al recibir un mensaje anónimo y amenazante que esperaba a los recién llegados.

La carta, dejada en su puerta, los acusaba de perturbar la tranquilidad comunitaria, a pesar de que únicamente habían estado organizando sus pertenencias durante un breve lapso entre las 14:00 y 16:00 horas. El mensaje, firmado con un tajante "¡BASTA!" , contenía advertencias sobre posibles sanciones y la amenaza de un potencial desalojo por supuestas infracciones de ruido.

Detrás de la nota podría haber una situación de acoso

Los

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