Las crónicas son más que simples relatos; son ventanas al pasado que nos permiten comprender quiénes somos y de dónde venimos. En los pueblos, donde la tradición oral suele ser la principal forma de transmitir la memoria colectiva, escribir y conservar crónicas se vuelve fundamental para no perder la riqueza cultural que los caracteriza.
A través de ellas conocemos las costumbres, fiestas, oficios, luchas y transformaciones de cada comunidad. Una crónica puede narrar la fundación de un barrio, el recuerdo de una feria, el impacto de una sequía o la llegada de un nuevo camino. Estos testimonios no solo documentan los hechos, también guardan la voz y la mirada de quienes los vivieron.
Tener crónicas de nuestros pueblos es también un acto de resistencia contra el olvido. Nos ayuda a fortale