El recuerdo de un juicio subversivo que nunca llegó a concretarse persiste en la memoria de Mary Luz Herrán, la primera esposa de Gustavo Petro. En los años finales de la década de los 80, Carlos Ramón González, hoy prófugo de la Justicia por el escándalo de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (Ungrd), intentó someter al jefe de Estado a un proceso interno dentro del M-19, la organización guerrillera a la que ambos pertenecían. Este episodio, hasta ahora desconocido para el país, marcó una ruptura definitiva entre los dos excombatientes.

La versión de Herrán, se remonta a 1987, cuando Petro llegó a Santander tras cumplir 18 meses de prisión. Allí asumió el liderazgo de la compañía Nororiental del M-19, que operaba en los departamentos de Cesar, Santander y Norte de Santander.

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