La prueba deja un reguero de ilusión en esa España vacía de la que tanto hablamos y por la que tan poco hacemos

La Vuelta a España nos acompañará durante estas tres semanas en los últimos fulgores del verano. Como cada año desde que se mudó de mayo (hace ya tanto que muchos ni lo recuerdan) a estas fechas, para mí representa el final del buen tiempo y de las vacaciones, el anuncio de que llega la hora del nuevo acuartelamiento general. Pero también supone un bonito e instructivo paseo por España, alternando la moto y el helicóptero, para escrutar todos los recovecos del país. Me gusta el ciclismo porque lleva a los héroes del pedal hasta lo más recóndito, atraviesan pueblos y parajes por los que nunca pasa nada, y aunque sea de una forma fugaz dejan un reguero de ilusión en esa España vac

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