Los últimos informes semanales de la calidad del agua del Mar Menor , tanto el de la Comunidad como el del Instituto Español de Oceanografía, concluyen que los parámetros oceanográficos tienden a la estabilización, tras las perturbaciones experimentadas en los últimos meses debido al calor extremo, la disponibilidad de nutrientes, las precipitaciones de finales de julio y por la propia fragilidad del ecosistema. A pesar de este susto, lo cierto es que la laguna está viviendo el mayor periodo de estabilidad desde la última gran crisis , el colapso de 2016.
Esta etapa ‘tranquila’ no sólo se deja ver en los niveles de transparencia o clorofila, sino también en su biodiversidad que poco a poco recupera el pulso . Y ahí tenemos a dos de sus especies más singulares el caballi