El ambiente suda a 36 grados a las doce de la mañana. Los vecinos de San Blas buscan la sombra a cada paso y modifican su paseo como si del trazado de un circuito se tratara: en esta acera por la derecha, en ésta por la izquierda. Entre una maraña de edificios y urbanizaciones, camino de la Gran Vía y donde el Puente Rojo se despliega, se distingue el parque Cronista Enrique Cutillas. Desde fuera, un oasis climático donde no entra el sol; desde dentro, un jardín fallido, repleto de mosquitos y abandono municipal.
Los vecinos de San Blas-Santo Domingo lo han dado por perdido , pese a que en su interior la temperatura del suelo baja hasta seis grados en apenas unos metros de separación: 30.5 grados. La proliferación de mosquitos durante todo el año hace inútil la sombra y a los vecinos