Europa, superpotencia económica, necesita ir en pandilla para que Trump le preste atención

Imaginen a Putin en su despacho del Kremlin. Sonríe con las célebres murallas rojizas a su espalda ante las imágenes que le llegan desde Washington. Él ha negociado de tú a tú con Trump en Alaska el futuro de Ucrania y ahora una Santa Compaña de líderes europeos desfila por la Casa Blanca como una delegación provincial lista para rendir cuentas al gobernador . Macron finge compadrear con el rey. Starmer está a punto de coger la bandeja y ponerse a servir tés. Meloni hace muecas. Nadie conoce al resto. Mientras los europeos exponen sus argumentos, Trump les interrumpe para consultar con Moscú. Putin ni siquiera necesita estar en la sala, tiene un servicio de información en tiempo real desde e

See Full Page