El entrenamiento de fuerza ha dejado de ser patrimonio exclusivo de atletas y aficionados al gimnasio. Un creciente número de estudios demuestra que incorporar esta disciplina a la rutina semanal ofrece beneficios que van mucho más allá del aumento de músculo o la mejora de la apariencia física.
La evidencia científica apunta a que los ejercicios de fuerza tienen un impacto directo sobre la salud y la longevidad , ayudando a prevenir enfermedades crónicas y mejorando la calidad de vida a cualquier edad.
En los últimos años, instituciones como Harvard Health Publishing y el British Journal of Sports Medicine han analizado a fondo los efectos del entrenamiento de fuerza sobre el organismo. Sus conclusiones desmontan mitos persistentes sobre el tiempo y el esfuerzo necesa