Mantener una adecuada hidratación es fundamental para el rendimiento físico y la salud en general, especialmente durante la práctica de ejercicios. El agua cumple diferentes funciones esenciales en el cuerpo: regula la temperatura, transporta nutrientes, elimina desechos y lubrica las articulaciones. Cuando realizamos actividad física, estas funciones se intensifican, por esta razón se debe incrementar la ingesta de líquidos.

Durante el ejercicio, el cuerpo pierde agua principalmente a través del sudor. Esta pérdida puede llevar a la deshidratación si no se repone adecuadamente. Incluso una pérdida moderada de líquidos, alrededor del 2% del peso corporal, puede afectar negativamente el rendimiento físico, reducir la concentración y aumentar el riesgo de calambres, fatiga y golpes de calor

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