“Ser guardia de seguridad informal es sencillo, seguro y solvente”. Esta es la regla de las “tres eses” que un grupo de cinco “vigiladores blue” dicen que rige en su trabajo, mientras se desempeñan como guardias de seguridad informales.

Todos pidieron anonimato para contar cómo se mueven en el circuito no registrado de la seguridad privada en diálogo con La Voz.

Explican que trabajar sin estar inscriptos no implica grandes riesgos: no se exige documentación, los controles son esporádicos y fáciles de evadir, y el dinero rinde más.

Por eso, entrar y salir del sistema formal resulta simple para quienes buscan ingresos rápidos.

En el mercado, existen muchas cooperativas y pequeñas empresas que facilitan esta movilidad. Dentro de la formalidad, el trabajador debe cumplir requisitos periódi

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