Con turnos que se extienden hasta las 4:00 de la madrugada, los bartenders han aprendido a vivir de noche frente a los riesgos Comparta este artículo
Las luces se encienden cuando la ciudad comienza a apagarse. En este bar de la colonia Juárez de la Ciudad de México, la jornada no arranca al mediodía ni a media tarde, sino a las 8:00 de la noche, cuando Celso, Luis y “El Chino” afinan manos y memoria para dar forma a la bebida que los ha hecho famosos: el mojito. Desde hace más de tres décadas, su oficio se ha tejido en la penumbra, entre música, risas y desvelos.
Ser bartender en este rincón icónico implica más que dominar recetas: es aprender a vivir de noche . Sus turnos se extienden hasta después de las 4:00 de la madrugada, entre el humo, la hierbabuena machacada y el vaivén de