Música, pulpo, buen tiempo y euforia blanquiazul. Esos fueron los cuatro ingredientes que se cocieron a fuego lento en la previa de la primera cita de la temporada sobre el césped de Riazor , que enfrentó al Deportivo y al Burgos en el terreno de juego y congregó a miles de personas en los aledaños del estadio a la espera del estreno en casa. La ciudad extrañaba su templo . Para el inicio de curso y con la esperanza de comenzar con buen pie, la Federación de Peñas organizó una jornada festiva desde las 12.00 horas para calentar motores antes del duelo. Y el deportivismo , como siempre, respondió a la llamada y convirtió los alrededores del estadio en fiesta blanquiazul.

El epicentro de la fiesta fue la calle Almirante Cadarso, pero pronto se extendió a las áreas colindantes. La

See Full Page