Con su novela 'Raíz que no desaparece' , la escritora Alma Delia Murillo se adentra en la brutal realidad de los más de 130,000 desaparecidos en México. La obra no solo denuncia la “necropolítica” del Estado y la “deshumanización del exterminio”, sino que rompe la frialdad de las estadísticas al dar un lugar central a los sueños de las madres buscadoras, una herramienta que, según la autora, las fiscalías suelen ignorar.
En entrevista con la agencia EFE, Murillo critica cómo la palabra “víctima” se ha institucionalizado de forma “perversa” en el lenguaje oficial, despojando de su humanidad a quienes buscan a sus seres queridos. Para ella, este término se ha convertido en una "cárcel ideológica" que limita la comprensión de la tragedia.
Un mapa de la tragedia a través de los sueños y