A lo largo del siglo XX, la capital mexicana dejó de ser una ciudad acuática para convertirse en una ciudad pavimentada de grandes avenidas, planeada para el transporte motorizado. Bajo capas de cemento y asfalto quedaron ocultos ríos, manantiales y acequias que habían formado parte del paisaje y de la vida cotidiana. Hoy, frente a la crisis hídrica y ambiental, nos preguntamos cómo terminamos enviando el agua de nuestros ríos, lagos y canales por un tubo.

El modelo hidráulico que definió esta transformación fue el sistema combinado de drenaje, implementado en 1903, cuyo esquema integra en una sola infraestructura la evacuación de aguas residuales y pluviales.

El ingeniero Roberto Gayol, autor del proyecto, creía estar librando a la capital de la enfermedad y de las inundaciones llevando

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