Aludiré hoy a un singular escritor. Se llamaba José S. Álvarez y le decían “El Mocho” .

Era del tiempo en que los José y los apellidos como el suyo, estaban muy repetidos. Entonces, la gente recurría a los apodos para identificarse.

Álvarez, que firmó casi toda su labor con el seudónimo de “Fray Mocho”, había nacido en Gualeguaychú el 26 de agosto de 1858.

Trajo a Buenos Aires la simpática manera de criticar bromeando, las costumbres de entonces. Por eso, aunque era fuerte en sus críticas, no tuvo un solo enemigo.

Fue el intérprete de la Ciudad de fin de siglo que Rubén Darío llamaba Cosmópolis y que no pasaba de ser una gran aldea.

Vivió una existencia agitada en las redacciones de los diarios, sometidos al hervidero de las pasiones e intrigas políticas .

Fue cronista policial de

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