Hace meses que las fotos de niños esqueléticos, con la piel pegada a los huesos , inundan las redes sociales y, hace semanas, llegaron a las tapas y portales de algunos de los principales medios del mundo. Los relatos de madres y padres desesperados porque no pueden evitar que la vida de sus hijos se escurra mientras se consumen en una cama de hospital -si tienen suerte- o en el piso de una carpa de plástico bajo el rayo del sol en un campo de refugiados movilizaron a millones de personas en Europa, Estados Unidos, América Latina y Asia contra el genocidio que comete Israel , pero no así a sus gobiernos, que se siguen escudando en fórmulas diplomáticas y formalismos.

El viernes pasado, llegó el dato oficial que muchos decían esperar: la máxima autoridad mundial en crisis alimentar

See Full Page