POR LO VISTO en Alemania ya se han empezado a dar cuenta de que la utilización del lenguaje inclusivo no sirve para nada. Sirve, en tal caso, para conformar a los que desde determinados estamentos y fundaciones tienen que justificar por qué cobran una abultada nómina todos los meses y que las subvenciones llueven como si vivieran la eterna primavera. El lenguaje inclusivo es, en definitiva, excluyente porque evita dar por sentado lo que siempre se representó como pauta general. Y sirve, si acaso, para tapar complejos de algunos y dar cobertura a otros que no tenían nada que rascar. El lenguaje inclusivo atenta contra el lenguaje con el que nos hemos comunicado desde hace miles de años. Los grandes autores y las grandes obras literarias no hubieran sido lo mismo con tantos elementos vacíos
El lenguaje inclusivo

60