“El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”.— Lord John Acton
En México, como en muchas democracias en desarrollo, la exigencia de contrapesos institucionales suele tratarse como una preocupación exclusiva de académicos, activistas o periodistas.
Se habla de ellos en foros, se escribe sobre ellos en columnas, y se les menciona en discursos que suenan muy bien, pero que rara vez se traducen en acciones concretas, mientras el ciudadano comú queda atrapado entre la indignación y la resignación, como si vigilar el equilibrio de poderes fuera un lujo.
Visión de los contrapesos
La exigencia de contrapesos no es capricho ni accesorio, es la condición indispensable para que el poder no se desborde y la historia lo demuestra con crudeza: cuando el poder carece de l