Han pasado ocho años desde que un devastador incendio arrasara parte del entorno de Doñana, y las más de 200 familias afectadas continúan esperando justicia y compensaciones. El proceso judicial, que señala a la empresa carbonera como presunta responsable, sigue sin fecha de juicio. Ardieron en total 8.400 hectáreas

Ángel Ruiz, uno de los damnificados, recuerda que el fuego destruyó su vivienda por completo: «Perdimos la casa entera, solo quedó el suelo» . Además de las pérdidas materiales, asegura que el impacto emocional ha sido enorme y que nunca recibieron apoyo psicológico ni ayudas económicas.

El incendio, que en junio de 2017 obligó a desalojar campings, terrenos agrícolas, zonas forestales y estuvo a punto de alcanzar la población de Matalascañas, no fue declarado zona catastró

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