Una sola sesión de ejercicio físico puede marcar una diferencia clave en la lucha contra el cáncer de mama .
Investigaciones recientes de la Universidad Edith Cowan en Australia demostraron que incluso un único entrenamiento, ya sea de resistencia o de intervalos de alta intensidad, puede reducir el crecimiento de células cancerosas en sobrevivientes de esta enfermedad. Este hallazgo refuerza la importancia del ejercicio como parte activa del tratamiento oncológico .
El estudio se enfocó en el impacto inmediato de una sesión de ejercicio en mujeres que habían superado el cáncer de mama .
Los resultados indicaron que, tras el entrenamiento, el cuerpo aumenta la producción de mioquinas , proteínas liberadas por los músculos con propiedades anticancerígenas.
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