¿QUÉ VIENE?

Por: Sean Osmin HAMUD RUIZ

La espectacularidad de la que revisten las denuncias de cualquier tipo que se interponen a funcionarios públicos de alto nivel, siempre vende.

La sociedad en general sentimos que tenemos pequeños triunfos cada vez que sabemos que alguien fue indiciado, por ejemplo, por presunta corrupción y nos esperanzamos, deseamos que ese proceso culmine en reparación del daño y cárcel.

Para los denunciantes, regularmente funcionarios entrantes y de contraria ideología, estas acciones quieren que los muestren como paladines de la justicia, más cuando esgrimen aquella máxima de “para nosotros no hay nadie por encima de la ley”.

Y claro que emociona. Sabemos que la corrupción es como ese cancerígeno sarcoma que avanza lento, sin síntomas aparentes, pero dañando

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