Ismael “El Mayo” Zambada, presunto líder del Cártel de Sinaloa, se declaró culpable de dos cargos de narcotráfico en un tribunal federal de Brooklyn, Nueva York. Esta declaración se produjo el lunes, marcando un giro significativo en su caso, ya que había mantenido su inocencia desde septiembre del año pasado, cuando enfrentaba 17 cargos relacionados con narcotráfico, lavado de dinero y uso de armas.
Zambada, de 77 años, admitió su culpabilidad en los cargos de asociación ilícita y de dirigir una empresa criminal continua. Según los fiscales, esta organización distribuía grandes cantidades de drogas, principalmente hacia Estados Unidos. El juez ha programado la sentencia para enero, y el cargo de participar en una empresa criminal continua conlleva una pena mínima de cadena perpetua.
El Gobierno de Estados Unidos ha decidido no solicitar la pena de muerte contra Zambada, lo que fue considerado por su abogado, Frank Pérez, como “un paso importante hacia una resolución justa y equitativa”. Zambada fue arrestado en julio del año pasado en Texas, tras cruzar la frontera en avión, supuestamente engañado por Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “el Chapo” Guzmán.
A lo largo de más de cuatro décadas, Zambada ha sido una figura clave en el narcotráfico internacional. Nacido en Sinaloa, se unió al mundo del narcotráfico en 1969 y ha logrado evadir la captura durante años, a diferencia de otros líderes del cártel que han sido más notorios. A pesar de su perfil bajo, su nombre ha estado presente en los expedientes judiciales desde 1977, cuando su cuñado fue arrestado.
Zambada ha sido considerado por muchos como el verdadero líder del Cártel de Sinaloa, especialmente tras la detención de “El Chapo”. En entrevistas pasadas, Zambada expresó su conexión con la tierra y su deseo de permanecer en el anonimato, a diferencia de otros narcotraficantes que buscaban la fama. Sin embargo, su captura y posterior declaración de culpabilidad marcan un hito en la lucha contra el narcotráfico en Estados Unidos.