De día, la china Shi Ming ejerce su profesión como especialista en medicina tradicional, atendiendo a sus pacientes con la calma que caracteriza a su oficio. De noche, esta doble vida se transforma en el octágono, donde entrena para derribar a sus rivales en la Ultimate Fighting Championship ( UFC ), el principal campeonato de artes marciales mixtas ( MMA ). Esta faceta de luchadora profesional, que contrastó con su apariencia reservada y voz suave en una reciente entrevista, la llevó a la fama en noviembre, cuando se ganó un contrato con la UFC al noquear a su compatriota Feng Xiaocan con una brutal patada.
A pesar de la ferocidad mostrada en su debut, Shi, de 30 años, reveló a la AFP un proceso mental previo a cada combate: debe "hacerse un lavado de cerebro" para anular su