
Un estudio preclínico reciente publicado en la revista Nature ha demostrado que una única inyección administrada al nacer puede proteger a los niños del VIH durante años. Investigadores han utilizado vectores virales adenoasociados (AAV) para introducir anticuerpos neutralizantes de amplio espectro (bNAbs) en neonatos, proporcionando una protección duradera contra el virus.
En este estudio, se administró una sola dosis de AAV a monos rhesus recién nacidos, lo que permitió la producción continua de bNAbs durante al menos cuatro años sin necesidad de dosis adicionales. Estos anticuerpos fueron capaces de neutralizar variantes del virus SHIV, una versión simia del VIH, protegiendo a los animales de infecciones posteriores. L os niveles de anticuerpos en suero se mantuvieron estables en un rango de 11–48 µg/ml durante el período de seguimiento, indicando una respuesta inmune sostenida.
Este enfoque ofrece una alternativa prometedora a las estrategias actuales de prevención del VIH, que a menudo requieren tratamientos diarios o múltiples dosis. La administración de una sola inyección al nacer podría simplificar la profilaxis y reducir la carga de tratamiento en poblaciones vulnerable s. Además, este método podría ser especialmente beneficioso en regiones donde el acceso a servicios de salud es limitado.
Resultados alentadores contra el VIH
Aunque el estudio se realizó en un modelo animal, los resultados son alentadores y sugieren que esta estrategia podría trasladarse a humanos. Sin embargo, se requieren más investigaciones para evaluar la seguridad, eficacia y viabilidad de este enfoque en la población pediátrica humana. Si se confirma su efectividad, esta intervención podría marcar un avance significativo en la lucha contra la transmisión vertical del VIH y mejorar la salud infantil a nivel global.
Por ello, la administración de una única inyección de bNAbs a recién nacidos representa una estrategia innovadora y potencialmente transformadora en la prevención del VIH. Aunque aún en fase experimental, este enfoque podría redefinir las políticas de salud pública y ofrecer una protección duradera contra una de las infecciones más desafiantes a nivel mundial.
Un desafío global
El VIH sigue siendo uno de los mayores desafíos sanitarios globales, a pesar de los avances significativos en su tratamiento y control en las últimas décadas. Según ONUSIDA, más de 39 millones de personas en el mundo viven actualmente con el virus, y aunque la terapia antirretroviral ha permitido transformar el VIH en una enfermedad crónica controlable, el acceso a estos medicamentos aún no es universal. En regiones como África subsahariana, donde se concentra más del 60 % de los casos , la desigualdad en el acceso a tratamientos y medidas de prevención sigue cobrando miles de vidas al año y perpetuando ciclos de pobreza y estigmatización.
Además de su impacto en la salud, el VIH representa un enorme desafío social y económico. Millones de familias han sido afectadas por la pérdida de padres, cuidadores y trabajadores en edades productivas, lo que repercute directamente en la estructura comunitaria y en el desarrollo económico de muchos países. La estigmatización y la discriminación hacia las personas que viven con el virus agravan la situación, limitando el acceso a oportunidades laborales, educativas y a una atención médica digna. En este contexto, cada avance científico que apunta a la prevención o a una protección duradera contra el VIH no sólo significa un progreso médico, sino también una esperanza de transformación social a nivel mundial.
La vacuna
En los últimos años, varios estudios clínicos en fase 1 han mostrado avances prometedores en la inducción de anticuerpos neutralizantes amplios (bNAbs) contra el VIH en humanos. Por ejemplo, en los ensayos IAVI G002 (en América del Norte) e IAVI G003 (en Sudáfrica y Ruanda), una estrategia de vacuna basada en mRNA demostró que todos los participantes que recibieron una dosis inicial seguida de un refuerzo desarrollaron respuestas de tipo VRC01—anticuerpos que bloquean diversas variantes del virus—y más del 80 % presentó respuestas élite , caracterizadas por mutaciones beneficiosas vinculadas al desarrollo de bNAbs.
Además, científicos del Scripps Research Institute y del Karolinska Institute lograron inducir estas respuestas en modelos animales, aislando anticuerpos funcionales que neutralizan una amplia gama de cepas virales e identificando un nuevo sitio prometedor en la proteína espiga del VIH. Estos hallazgos representan pasos significativos hacia el diseño de una vacuna eficaz y duradera contra el VIH.