No por viejo conocido molestaba menos. El calor apretaba en la penúltima semana de agosto y la sombra, la playa, el paseo a partir de las 20 horas y la horchata eran los remedios más socorridos en aquella Alicante de 1975. A ese tema central, tan manido cada verano pero tan molesto y cada vez más preocupante, dedicaba el genial humorista Enrique una de sus viñetas para INFORMACIÓN tal semana como ésta pero de hace 50 años.

Aquella subida permanente de los termómetros afectaba a toda la provincia, aunque en algunos municipios la coyuntura era más preocupante. Benissa las pasaba canutas por la situación del pozo de Benidoleig, afectado por la sequía, que era el que le suministraba el agua. Aquél era un gravísimo problema para la zona, copada de residenciales turísticos y donde se estimaba

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