Amelia Butler, una mujer de 57 años originaria de EE.UU., ha encontrado la paz que tanto anhelaba tras 20 años como maestra. Ahora, divide su tiempo entre Filadelfia y el pintoresco pueblo de Latronico, en la región de Basilicata, Italia. Butler decidió mudarse al extranjero después de experimentar altos niveles de estrés en su trabajo, lo que la llevó a buscar un cambio radical en su vida.

La exprofesora de inglés y matemáticas había considerado varios destinos, pero su amor por Italia la llevó a investigar propiedades en este país. En 2021, las autoridades de Latronico comenzaron a vender propiedades a precios muy bajos como parte de un plan para repoblar el pueblo. Esto despertó el interés de Butler, quien buscaba un lugar tranquilo rodeado de naturaleza.

Al encontrar una casa en el distrito histórico de Latronico, Butler no dudó en hacer la compra, a pesar de no haberla visto en persona. La propiedad, que adquirió por 12.500 euros, cuenta con un balcón que ofrece vistas impresionantes del valle Sinni. "Cuando vi la imagen de la vista desde la ventana, literalmente se me llenaron los ojos de lágrimas. Fue tan hermoso que me hizo sentir en paz", comentó Butler.

El proceso de compra fue guiado por Vincenzo Castellano y su socia Mariangela Tortorella, quienes facilitaron toda la comunicación con los propietarios y el notario. Butler destacó que todo fue "increíblemente fácil" y que no tuvo que viajar a Italia para completar la transacción.

Al llegar a Latronico por primera vez en mayo de 2023, Butler se sintió cautivada por la belleza del pueblo. "Me encanta el camino que tengo que tomar, entre los callejones, hasta llegar a mi casa, disfruto de la tranquilidad", expresó. Sin embargo, también notó la escasez de niños en el pueblo, lo que le resultó extraño al principio.

La comunidad de Latronico, con una población de alrededor de 4.000 habitantes, está compuesta principalmente por personas mayores. Butler apreció la calidez de los residentes, quienes se reúnen en la plaza para socializar. En cuanto a la gastronomía, aunque disfruta de la frescura de los platos locales, ha tenido que adaptarse a algunos sabores, como los pimientos cruscos, que no son de su agrado.

A pesar de haber viajado a varios países, Butler no experimentó grandes choques culturales en Italia. Sin embargo, uno de los mayores ajustes ha sido el horario de apertura de las tiendas, que son más limitadas en comparación con Filadelfia. "En Filadelfia, nuestros mercados están abiertos hasta las 10 u 11 de la noche", explicó.

Amelia Butler ha encontrado en Latronico el hogar que siempre soñó, donde puede disfrutar de la tranquilidad y la belleza del campo italiano.