26 de agosto de 2025 - 00:15

Hace muchos, muchos años (no sé exactamente cuántos, más de cien, seguro) el rey persa Jerjes, ofuscado con el mar, lo mandó a azotar. No era cualquier mar, sino una parte de los Dardanelos, masa de agua sensible si las hay. Las crónicas de la época, sin embargo, no hacen referencia a la reacción del agua a este castigo. De todos modos, antes de que el lector salte a las conclusiones, es bueno advertir que a lo largo de la historia la humanidad se ha enfrascado en numerosas batallas contra la naturaleza, algunas mucho más absurdas que la de Jerjes.

De todos los enfrentamientos sin sentido que el hombre puede librar, creo que el más indigno es contra la calvicie. Por supuesto, digo esto desde la tranquilidad de una cabellera tupida, pero de verdad creo que es

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