Por JUAN A. LOZANO

HOUSTON (AP) — Los empeños de los funcionarios de inmigración de Estados Unidos para deportar a Kilmar Ábrego García a Uganda, un país con el que el ciudadano salvadoreño no tiene vínculos, han vuelto a centrar la atención en los intentos del gobierno del presidente Donald Trump de enviar personas a países que no son los suyos.

Los acuerdos del gobierno con los llamados terceros países han sido impugnados en los tribunales por grupos activistas, quienes han argumentado que se están violando los derechos al debido proceso y que los inmigrantes están siendo enviados a países con amplios antecedentes de violaciones a los derechos humanos.

Sin embargo, en junio, una Corte Suprema dividida le autorizó al gobierno permitir la expulsión rápida de inmigrantes a países que no

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