Por: Germán Danilo Hernández
Existen obras literarias que a pesar de su calidad narrativa e interés temático son poco conocidas entre los lectores. El fenómeno ocurre a nivel universal como resultado de políticas editoriales excluyente, el mercantilismo del sector, y en otros casos por la propia decisión de sus autores de limitar sus mercados.
Uno de los libros que acabo de leer no se encuentra en las librerías y bibliotecas de Cartagena y de Colombia, pero paradójicamente circula con aceptación entre el público español. Se trata de “Feliz vida maldita”, del arquitecto y escritor cartagenero Gabriel Rodriguez Osorio. Por cortesía de su autor llegó a mis manos uno de los pocos ejemplares impresos en el país, y su lectura me dejó gratamente sorprendido, por tratarse de una historia bie