El cronómetro se paró en una hora y treinta segundos. Luis Asensi , el célebre «tragamillas» sonrió para sí desde la meta. El histórico nadador alicantino, de 51 años, conservaba así su récord en la Vuelta a la Escollera, la prueba que él mismo aquel verano de 1975 había rescatado del olvido de la ciudad. Aquella carrera en las aguas del Puerto y del Postiguet había regresado por la puerta grande, con 218 nadadores, nutrido público y clubes venidos de toda España. En la larga nómina de participantes, entidades históricas como el Canoe de Madrid o el Club Natación de Sabadell y los alicantinos Eldense o Bahía.

En aquella edición, la decimoctava, la de la resurrección de una prueba ilustre que abría las secciones deportivas de los periódicos de los años treinta y a los que diarios como el

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