Un gesto tan cotidiano como cortar fruta, verdura o carne sobre una tabla de plástico puede implicar más riesgos de los que parece, incluso cuando la tabla se ve aparentemente limpia.

La biotecnóloga y divulgadora científica Lucía Almagro advierte en sus redes sociales que este tipo de tablas acumulan problemas invisibles.

Por un lado, con cada corte se generan surcos donde quedan restos de comida que facilitan la proliferación de bacterias. Por otro, con cada uso se desprenden pequeños fragmentos de plástico que acaban en los alimentos y, en consecuencia, en nuestro organismo.

Microplásticos en la cocina

En uno de sus videos más vistos, Almagro muestra bajo la lupa cómo, tras apenas unos cortes con un cuchillo de sierra, se desprenden partículas visibles de la tabla. Estos fragmentos

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