Este cauce paso de ser un espacio de recreación familiar a un basurero acuático
Nada queda de aquel río Lerma de los años 50tas, aquel cauce hermoso de agua limpia y transparente donde los niños podían ver su reflejo y que era hogar de miles de peces. Ese mismo lugar que alguna vez sirvió para lavar, bañarse, pescar e incluso disfrutar de un paseo en lancha, hoy no es más que un arroyo sucio, descuidado y convertido en basurero acuático de la población. Todas las vivencias de aquellos niños, como Francisco Páramo y René Gutiérrez, ahora no son más que recuerdos.
Francisco Páramo, habitante de Salamanca, recordó con nostalgia cómo hace más de seis décadas el Lerma era un sitio de diversión y encuentro familiar. “Era un agua limpio, transparente. Había hasta pececitos allí. Cuando abrían